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Qué soportes necesitas para iniciar un proyecto de digitalización en tu empresa
Poner en marcha un proyecto de digitalización empresarial ya no es una operación que se lleve a cabo desde el analfabetismo digital. Ya no.
Cuando una empresa se plantea iniciar un proyecto de digitalización, lo más probable es que lo haga desde el convencimiento pero también desde desconocimiento, que es otra cosa muy distinta, pero es que ¡por algún sitio hay que empezar!
Eso es justo algo que no le ocurriría, como es natural, a un profesional de la digitalización, nunca tendría que iniciar el proceso porque desde el minuto uno, desde el primer momento de la constitución de la empresa, lo habría implementado.
Por eso, si se decide acometer un proceso de digitalización desde el desconocimiento es necesario contar con el apoyo de quien se mueve en los procesos digitales como en su medio vital, como si respirara en ellos, es decir, con el soporte profesional que asegure la eficacia y eficiencia del proceso de transformación digital.
¿Y en qué se nota la presencia de ese soporte? ¿Dónde puede ser indispensable contar con apoyo profesional durante el inicio del proyecto de digitalización empresarial?
Un proceso de digitalización empresarial ha de comenzar por la gran pregunta: ¿Necesito digitalizar mi empresa? Y la respuesta correspondiente: si quieres seguir en el mundo empresarial, sí, y punto.
Dado el primer paso y contando con el consentimiento de quien o quienes han de tomar la primera decisión, llega la siguiente pregunta ¿Y por dónde empiezo? Porque una cosa es tomar la decisión y otra, muy diferente, ponerla en práctica en base a consejos oídos en algún programa especializado, leídos en Internet o compartidos con colegas durante un tiempo de descanso. Son cosas muy distintas. Para experimentos, los laboratorios.
Cuando una empresa se decide a poner en marcha un proceso de digitalización, desconoce el camino a seguir y reconocerlo y buscar el soporte profesional necesario no solo impulsará y consolidará el proceso sino que, probablemente, salvará a la empresa de un más que posible naufragio tecnológico, lo que viene siendo actualmente un harakiri empresarial.
¿Está mi empresa prepara para un proceso de digitalización? ¿Tiene mi equipo la preparación pertinente para recibirlo y optimizarlo? ¿Qué hay que digitalizar?
Esas preguntas no revelan analfabetismo digital y sí, sin embargo, desconocimiento, un desconocimiento muy sano que llevará a actuar con sentido común y a pedir el soporte necesario a profesionales que han llevado a buen puerto decenas de proyectos de digitalización sabiendo, exactamente, la respuesta a esas y otras muchas preguntas que vamos a ver a continuación.
Hablar sobre saber si la empresa está preparada para un proceso de digitalización es casi una redundancia porque, si no está preparada hay que prepararla, el proceso se ha puesto en marcha y ya sabemos que lo de “digitalizarse o morir” es más que una frase hecha.
La preparación de la que hablamos está íntimamente conectada con la formación digital de los empleados, en general, y con la necesaria para las áreas concretas de cada departamento, en particular.
Y esa preparación no es solamente teórica, no basta con saber cómo van a ser los procesos en adelante, es necesario que los empleados se enamoren de ellos, de las ventajas que ofrecen, sientan una curiosidad intensa por los resultados que pueden obtener en función del uso que hagan de la nueva tecnología, es decir, que estén deseando asumir el reto, que tengan motivación y la compartan. Esa energía supondrá el impulso humano que la primera fase del proceso de digitalización necesita. Alguien tiene que ayudarte a descubrir cómo conseguirla.
Por supuesto, en esa primera etapa, será necesario decidir cuáles van a ser los procesos a digitalizar, porque iniciar el proceso con un cambio absoluto solo llevará a una inversión tan estratosférica como innecesaria que podría poner en peligro el desarrollo mismo del proyecto de digitalización.
Por otro lado, quedarse corto significaría quedarse rezagado, perder eslabones que harían imposible el funcionamiento del nuevo engranaje digital.
Efectivamente, la virtud vuelve a estar en el punto medio y un soporte adecuado sabrá encontrarlo sin pestañear.
En una segunda fase, sería necesario diseñar un plan de desarrollo que tuviera en cuenta todas las consecuencias del proyecto de digitalización sin perder de vista la forma de operar de la competencia. Es cierto que la empresa está preparándose para debutar en el entorno empresarial digital y que estar atento a todo es imposible, por eso un soporte profesional experimentado podría facilitar esa información que ayudara en el despegue.
¿Y qué hay de la imagen externa de la empresa? ¿Es necesario estar presente en redes sociales? ¿Realmente proporcionan visibilidad en el sector? ¿Cómo hay que gestionarlas para optimizar resultados?
Bonito ramillete de preguntas en terreno pantanoso porque las redes sociales pueden ser un recurso de oro o las arenas movedizas más peligrosas en las que arriesgarse a pisar. Estar en redes sociales es muy, muy, pero que muy fácil, lo complicado es hacer que jueguen a favor, que sean útiles y productivas.
Las redes sociales son el cristal a través del que clientes, compañeros y empleados, contemplan la empresa…un momento, ¿qué hay de la competencia? Es cierto, también la competencia contempla a sus competidores a través de las redes. Por eso, una vez que la imagen de una empresa sale al aire en las redes sociales, no hay tiempo para la improvisación. La imagen ha de ser transparente, sólida y auténtica y ser gestionada de forma impecable en cuanto a contenidos, interacciones y publicaciones. De nuevo un buen soporte puede marcar la diferencia.
Y entramos en uno de los sectores minados de un proyecto de digitalización y por ello, quizá uno de los que más soporte precisa: la ciberseguridad. Ya no se trata de recomendaciones, la seguridad debe ser el sector menos vulnerable de todo el proyecto de digitalización que, en adelante, contará con el apoyo preciso para evitar riesgos, por ejemplo, en el uso de remotos con acceso a archivos o datos de la empresa.
Un proceso de digitalización empresarial implica abandonar el desconocimiento para emprender una aventura empresarial absolutamente apasionante que colocará tu empresa en el lugar que merece del tejido empresarial digital.
No es que lo necesites, es que te mereces asegurar ese camino teniendo de tu parte el mejor soporte.